viernes, 7 de agosto de 2009

Los muros del miedo


¿Que nos impide avanzar?, el miedo. Sea cual sea ese temor que llevamos dentro es la muralla que no nos permite ver qué hay del otro lado. Nos justificamos, vamos sumando y aumentando los bloques de ese muro, y las escusas son como aquel cemento que une pretextos y fijan aquella edificación.

Los muros del miedo son distintos. Existen murallas en el corazón, tremendas fortalezas que lo protegen, de tal manera, que no se da ni siquiera la oportunidad de hacer un orificio en algún bloque para visualizar si hay algo nuevo que aprender y alimentar a ese corazón aislado.
Temor que todos construimos: ser descubiertos tal como somos, a veces eso que tanto queremos ocultar, queda a la vista y es ahí cuando nos avergüenza, entonces como desesperados queremos construir una muralla china a nuestro alrededor.

Otro murallón es el miedo al fracaso, a sentirnos peces fuera del agua. No somos perfectos y reconocer que estamos llenos de errores, creo que es el primer paso, el martillo, para comenzar a derribar ese pánico.

miércoles, 5 de agosto de 2009

La pluma de pavo y gallina




Había una vez una vez dos plumas de diferentes aves. La una era alargada, colorida y de varias formas pues había pertenecido a un pavo real y la otra era blanca, pequeña y ordinaria.

La pluma embellecida fue utilizada para que formara parte de un abanico elegante de una dama muy adinerada, y la pequeña pluma fue a parar a la almohada de un humilde leñador.

Cuando la almohada y el abanico fueron desechados en el basurero del pueblo, ambas plumas se reencontraron, entonces la que era más acicalada le dijo a la otra:

- Yo conocí a gente famosa, ayudé para que las miradas de mi dueña sean coquetas y siempre estuve muy perfumada

La pluma blanca de gallina le dijo:

- Bueno, yo permanecí agachada, no salí de la funda de almohada y no tenía tan agradable olor como tú

Un papel, que se encontraba entre los desperdicios, escuchó la conversación, y preguntó a la pluma elegante:

- ¿Y qué guardabas entre tus bellos colores?
- Chismes.- respondió alegremente la pluma fina.
- ¿Y tú?.- preguntó a la pluma blanca.
- Sueños.