viernes, 7 de agosto de 2009

Los muros del miedo


¿Que nos impide avanzar?, el miedo. Sea cual sea ese temor que llevamos dentro es la muralla que no nos permite ver qué hay del otro lado. Nos justificamos, vamos sumando y aumentando los bloques de ese muro, y las escusas son como aquel cemento que une pretextos y fijan aquella edificación.

Los muros del miedo son distintos. Existen murallas en el corazón, tremendas fortalezas que lo protegen, de tal manera, que no se da ni siquiera la oportunidad de hacer un orificio en algún bloque para visualizar si hay algo nuevo que aprender y alimentar a ese corazón aislado.
Temor que todos construimos: ser descubiertos tal como somos, a veces eso que tanto queremos ocultar, queda a la vista y es ahí cuando nos avergüenza, entonces como desesperados queremos construir una muralla china a nuestro alrededor.

Otro murallón es el miedo al fracaso, a sentirnos peces fuera del agua. No somos perfectos y reconocer que estamos llenos de errores, creo que es el primer paso, el martillo, para comenzar a derribar ese pánico.

2 comentarios:

  1. El miedo siempre ha sido juzgado de una manera desfavorable. Para ojos de muchas personas el miedo ha sido la causa de un fracaso, de una perdida o de cualquier hecho negativo. Tu manejo de la idea del miedo está en esa línea. Pero quiero dejarte una visión distinta. Pienso que el miedo puede convertirse en el mejor aliado de cualquier persona, si se lo respeta. El miedo no es más que otra de las tantas sensaciones que existen. Sin embargo, a diferencia de otras, el miedo puede transformarse en esa llamada de alerta que muchas veces las personas necesitan escuchar. Por ejemplo, el miedo a montar una bicicleta por primera vez es algo muy común. El miedo a caernos y lastimarnos puede tornarse tan fuerte que determinadas personas podrían renunciar a aprender a montar bicicleta. Pero para mí el error radica justamente en pensar en las consecuencias negativas y asociar a éstas con el miedo. El caerse o no de la bicicleta no tiene nada que ver con el sentimiento de inseguridad (el miedo) creado antes de montarla. Por tal razón, para que el miedo se transforme en esa llamada de alerta lo que se debe hacer es dejar de asociarlo con hechos negativos futuros. El miedo debe ser usado como herramienta de alerta para que la persona no deje de hacer lo que se propone.
    Hay que ver al miedo como el rival que nos recuerda que podemos perder mucho, simplemente por haber dejado que una sensación se torne tan fuerte que supere la voluntad de las personas.

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  2. entonces.... tengamos miedo.... construyamos paredes y muros y murallas..... destruyamos uno o dos bloques, sólo lo suficiente para fisgonear a quien se desnuda del otro lado.

    .....pero, y si del otro lado hay más muros?!

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