miércoles, 23 de marzo de 2011

Cine: atrapador de conciencias y fantasías


Hamlet recibe la revelación del fantasma: su padre fue asesinado por su tío Claudio, quien vertiendo un veneno en su oído (mientras descansaba en sus jardines) lo mata para subir al trono.

El príncipe perpara su lenta venganza. Hamlet pronuncia con profunda seguridad: "el treatro es la red que atrapará la conciencia de este rey."

Para ello, modifica el guión del "Asesinato de Gonzago", en el cual se describe y narra detalladamente el delito del rey Claudio, soberano que no soporta la escena e interrumpe el acto.

Aquí encontré la respuesta porqué a veces el público se levanta de una poltrona en la sala de cine. Un director plasma en el celuloide su manera de percibir el mundo. Pero, también se convierte en un Hamlet, un atador de pensamientos, acontecimientos o sentimientos que atrapan al público hasta el final de la obra para rebuscar en su conciencia, sus entrañas. Lo interesante es que al salir de la proyección se liberan o despiertan diversas opiniones u observaciones de todo tipo.

Ante ello, el espectador quien - por varios factores como: la identificación con los personajes, la época o los conceptos- se ve desvelado y directamente relacionado, se desconcierta, impacta, siente; un público Claudio.

El oscuro de la sala nos esconde de aquella penuria, el cine NO es sólo entretenimiento. Directores y directoras no teman ser Hamlet, por lo menos en alguna obra suya.









sábado, 17 de julio de 2010

Wow y más wow!

Conocer una de las cunas de la cultura occidental, realmente es una experiencia fascinante. Iglesias, castillos, estatuas, calles empedradas, cementerios y plazas son como máquinas del tiempo. Muchos de los lugares de Florencia me trasladan a la época del Renacimiento, realmente es un re-nacer, es sentirse nuevo en lo viejo. En la región de Toscana, las montañas y campos verdes son el natural perfecto con las casas de color ladrillo intenso. Aquí, la mayoría de la ciudad es de color amarillo, un amarillo tierra, como si el sol de verano hubiera pintado cada una de las moradas.

Es increíble como en un pequeño descuido, uno puede perderse de un nuevo paisaje. Acaba de sucederme (estoy escribiendo en la computadora de mi hermana en el tren) pero alcancé a ver un campo gigante de girasoles.


La región de Toscana tiene un suelo muy fértil, lo digo por la gran cantidad de productos que se cosechan. Leo lo que escribo, pienso y me doy cuenta: ¿porqué no disfruto de la misma manera cuando estoy en casa?, la respuesta es simple: estoy acostumbrada, pero eso es ser conformista. Recuerdo el Mundo de Sofía: necesitamos la capacidad de asombro, como o hacen los niños, hallar siempre algo nuevo en lo que nos rodea; de ahí surgen nuevas ideas. Voy a seguir asombrándome y deleitándome.

miércoles, 14 de julio de 2010

Florencia: romance por todos los rincones



Me encanta los colores de Europa. En un día de verano se pueden saborear diversas matices del cielo, que cubren a las viejas edificaciones que hablan por sí solas; casas, puentes, edificios, ventanas, veredas y calles empedradas que guardan historias de hace siglos. Ahora Florencia está llena de turistas, ríos y ríos de gente que cuelga sus cámaras en el cuello. Lo más notorio es que esta ciudad italiana vive de dos condiciones humanas básicas: de la vanidad y el amor. Florencia como uno de los sitios referentes de la moda estilizada y que marca tendencia de vestir a nivel mundial. Florencia un lugar donde el romance se hace presente en cada uno de sus rincones.


Los puentes son los más representativos del amor, se convierten en aquella unión de dos partes que son diferentes pero que, a la final, existen por alguna razón. Esa necesidad humana de sentirse entrelazado con alguien, aquí se materializa con algo muy simbólico: un candado. Varias parejas cierran candados en algunos puntos de la urbe para sellar el amor que sienten uno por el otro. Es como un pacto de metal, significativo e importante para quien lo haya situado ahí.


No quiero sonar pesimista, pero cuando vi esa gran cantidad de candados pensé: ¿cuántos de estos todavía seguirán juntos?, hacer algo porque todo el mundo lo hace no es de mi agrado, por eso no me pareció del todo romántico, pero lo que sí reconozco es aquella importancia que le damos a los símbolos. Cerrar un candado es como atar y sellar un sentimiento; ¿porqué no hacerlo con nuestras ideas o sueños?, las personas no pueden ser atrapadas y tampoco sus sentimientos hacia el otro. Por ello, si hay un candado asegúrate de tener las llaves en el bolsillo y no tener que acudir al cerrajero para que este sea abierto a la fuerza y con daño.


Fotografía: Sara Herrera

viernes, 18 de junio de 2010

Saramago no has muerto


Hoy falleció José Saramago, escritor portugués, quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1998, por su inconfundible estilo en concatenación de ideas, sentimientos, relatos y vivencias. Leí su obra “El ensayo sobre la ceguera”, me fascinó. Al omitir los signos de puntuación da la impresión que sus palabras fluyen como el agua, no existe la necesidad de la pausa, detener la vida, que ella sólo pase como tenga que pasar.

Este libro arroga un sinnúmero de reflexiones, se convierte en un detenimiento obligado para que los personajes exterioricen sus pasiones más profundas que han sido aplastadas por los códigos sociales. Saramago nos alerta: mirar al ser en su estado más profundo, no con la pomposidad o la fachada, que a la final esta sólo se transforma.

El zapatero portugués comenzó a escribir con fuerzas a sus 63 años de edad, para muchos una época tardía para hacer arte; ¿acaso su éxito como novelista, ensayista y periodista no demuestra todo lo contrario?.

Como en el amor, en el arte no hay edad. Lo que cuenta es dar todo el corazón en lo que se hace, y cuando esa entrega es pura, el espectador, lector o amante, a ese sentimiento y apreciación lo hace eterno. Tus obras Saramago, hoy y siempre serán eternas.



Fuente gráfica: http://lainsoportablebloguedaddelser.files.wordpress.com/2008/11/libros_1.jpg

lunes, 14 de junio de 2010

Lo inesperado anhelado


Hay seres tan pequeños en este mundo que, a veces, pasan desapercibidos a nuestra mirada. Otros se camuflan pero siempre hay algo que los delata. En esta noche, recuerdo uno de ellos: el colibrí, exacto, aquella ave de plumaje brillante y llamativo, de pico largo y vuelo alto.


Solía andar besando flores de diferentes colores, tamaños y formas, pero su traslado no solo le agotaba sino que se sentía vacío, inconstante e incluso llegó a creer que nunca encontraría un lugar, su lugar.


Una tarde, después de haber viajado, el pequeño colibrí quiso descansar sus alas y halló un árbol muy especial, donde se sintió reconfortado desde la primera vez que lo vio. Sin dudarlo, comenzó a conocer poco a poco cada parte del nuevo foreste; descubrió que no solo podría ser su sitio de protección, sino, su encanto por cada flor que tenía, una más hermsoa que otra; sabía que ese era su lugar.


Por su parte, el frondoso árbol se contagiaba de la alegría que el colibrí le daba cada vez que lo iba a visitar. El árbol es un ser noble y la colorida ave supo de ello.


La primera vez que ambos se besaron todo el bosque se iluminó, el rocío del jardín era más bello, el sol más caluroso y el viento más fresco. Era magia pura, quién dijo que era imposible que floreciera en primavera?, eso y mucho más puede hacer el amor de ambos seres.


Hay seres tan pequeños en este mundo que, a veces, pasan desapercibidos a nuestra mirada, pero juntos su magia es tan grande que hasta un ciego la puede observar.



Fuente imágen:



martes, 11 de mayo de 2010

Aquellos que hacen magia sin saberlo


Estos últimos meses (por no decir año), me he encontrado y reencontrado con diversas situaciones, personas y experiencias que no pensé pasarlas, sólo vinieron.


Lo increíble fue descubrir algo sencillo: por más que algunas personas no tengan un sombrero de copa, guantes blancos, un corbatín, una vara negra con punta blanca, pueden ser excelentes magos sin darse cuenta. Son aquellos seres difíciles de encontrar, pero existen. Seres que son capaces que transformar un enojo en tranquilidad, una lágrima en sonrisa, diversión y espectáculo a cambio de nada o tal vez de un aplauso con la mirada.


Aquella magia es interna, ellos y ellas no practican, es innato, natural, solo fluye. Hay muchas de esas personas que ni se imaginan el show que pueden ofrecer, se limitan o simplemente desconocen de dicho talento. Si conoces a alguien así, asístelo, contémplalo y si quieres apláudelo; o si tienes público, no dejes de encantarlo, no dejes que esa magia alce vuelo como las palomas que salen de ese sombrero de copa.

viernes, 7 de agosto de 2009

Los muros del miedo


¿Que nos impide avanzar?, el miedo. Sea cual sea ese temor que llevamos dentro es la muralla que no nos permite ver qué hay del otro lado. Nos justificamos, vamos sumando y aumentando los bloques de ese muro, y las escusas son como aquel cemento que une pretextos y fijan aquella edificación.

Los muros del miedo son distintos. Existen murallas en el corazón, tremendas fortalezas que lo protegen, de tal manera, que no se da ni siquiera la oportunidad de hacer un orificio en algún bloque para visualizar si hay algo nuevo que aprender y alimentar a ese corazón aislado.
Temor que todos construimos: ser descubiertos tal como somos, a veces eso que tanto queremos ocultar, queda a la vista y es ahí cuando nos avergüenza, entonces como desesperados queremos construir una muralla china a nuestro alrededor.

Otro murallón es el miedo al fracaso, a sentirnos peces fuera del agua. No somos perfectos y reconocer que estamos llenos de errores, creo que es el primer paso, el martillo, para comenzar a derribar ese pánico.