Estos últimos meses (por no decir año), me he encontrado y reencontrado con diversas situaciones, personas y experiencias que no pensé pasarlas, sólo vinieron.
Lo increíble fue descubrir algo sencillo: por más que algunas personas no tengan un sombrero de copa, guantes blancos, un corbatín, una vara negra con punta blanca, pueden ser excelentes magos sin darse cuenta. Son aquellos seres difíciles de encontrar, pero existen. Seres que son capaces que transformar un enojo en tranquilidad, una lágrima en sonrisa, diversión y espectáculo a cambio de nada o tal vez de un aplauso con la mirada.
Aquella magia es interna, ellos y ellas no practican, es innato, natural, solo fluye. Hay muchas de esas personas que ni se imaginan el show que pueden ofrecer, se limitan o simplemente desconocen de dicho talento. Si conoces a alguien así, asístelo, contémplalo y si quieres apláudelo; o si tienes público, no dejes de encantarlo, no dejes que esa magia alce vuelo como las palomas que salen de ese sombrero de copa.
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